Las
conversaciones
difíciles no tienen que ser difíciles
“Las conversaciones difíciles son necesarias porque son un reflejo de las diferencias reales y significativas entre las personas.”
– Peter Bregman –
El liderazgo y la comunicación…
Algo inevitable para las posiciones de liderazgo es enfrentarse a las conversaciones difíciles, pero solamente el buen líder sabrá convertir aquella situación tortuosa para todos los involucrados en una experiencia sana y hasta enriquecedora. Podemos considerar que una conversación es difícil cuando implica retroalimentaciones negativas, conflictos entre empleados o equipos, decisiones estratégicas erróneas, despidos o cualquier situación que incluya emociones complicadas, desacuerdos o tensión.
Beneficios de implementar lo anterior
- La creación y fortalecimiento de la transparencia,
- La mejora continua
- La resolución de conflictos
La ética en las conversaciones
Todo esto contribuye para una mejor colaboración y el desarrollo de cada individuo, equipo y organización. Los líderes, gerentes y directivos tienen la responsabilidad de abordar estas conversaciones con integridad, transparencia y respeto, ya que el manejo adecuado de estas situaciones refleja los valores y principios de la organización.
Douglas Stone menciona que Cada conversación difícil se compone realmente de tres conversaciones: La primera es sobre lo que pasó, la segunda sobre los sentimientos y la tercera sobre la identidad. En muchas ocasiones no es el mensaje en sí lo que vuelve a estos eventos algo aborrecible y hasta hiriente, sino lo que rodea al mensaje: deshonestidad, ocultar información, los prejuicios, el lenguaje, la injusticia y el abuso de poder, por mencionar algunos factores.
Perspectivas éticas para las
conversaciones difíciles
- Promueve la honestidad y transparencia. Comunica de manera clara y directa el mensaje, evita ocultar información relevante o distorsionar la verdad. Sé franco al hablar de los problemas y de las posibles soluciones.
- Prepara tu conversación. Bruce Patton aclara que, Si no estás preparado para una conversación difícil, lo mejor es posponerla. Pero no la evites para siempre. Apoyarte de datos es indispensable, ya que esto ayudará a conservar la objetividad de la conversación. Cuida que la conversación esté alineada con los valores y principios de la organización. Ser preciso en tu mensaje evitará malentendidos.
- Respeta la dignidad. Un líder debe mostrar consideración y empatía por los sentimientos y la perspectiva de los empleados. Permite a la otra persona expresar su opinión y las razones de su perspectiva; muestra empatía hacia sus preocupaciones y emociones. No está de más recordar que se debe respetar la privacidad de lo que se dialogue, eso es cuidar la dignidad.
- Soluciones colaborativas y justas. Involucra al otro en la búsqueda de soluciones y toma en cuenta sus sugerencias. Demuestren un compromiso mutuo que se traduzca en acciones y procesos claros, justos y factibles.
- Seguimiento ético. El seguimiento debe mantener la misma integridad y respeto, para ello habrá que proponer revisiones regulares que evalúen el proceso a fin de hacer ajustes, apoyo para implementar acciones acordadas y comunicación abierta.
Las conversaciones difíciles son una prueba esencial del liderazgo ético en el ámbito profesional. Abordar estas conversaciones con preparación, integridad y empatía no solo resuelve problemas inmediatos, sino que también fortalece la confianza, la transparencia y la cultura organizacional. Los líderes, gerentes y directivos que manejan estas situaciones con respeto y justicia demuestran un compromiso genuino con los valores éticos, lo que no solo mejora la moral y el rendimiento del equipo, sino que también contribuye a la reputación positiva y al éxito a largo plazo de la organización.
