Hace varios años que, en los términos gerenciales y de liderazgo, se han venido utilizando diversos términos para describir las dificultades que tenemos los seres humanos para entender, gestionar (o controlar) el mundo que nos rodea. Hay diversos términos para describir el dinamismo, la alta velocidad, la perturbación y la turbulencia del entorno; más entre todos ellos (RUPT y TUNA por ejemplo – ambos en inglés-), el más conocido era el de VUCA (por Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo en español).

Pero, desde hace dos años y nacido en plena pandemia, hay un nuevo concepto que ha cobrado fuerza: BANI el cual resume que el mundo es frágil, ansioso, no lineal e incomprensible.

Por muy plausible que pueda parecer y en sintonía con la forma en que muchas personas pueden sentirse hoy en día, es necesario aclarar este concepto y desentrañar sus cuatro componentes.

Un poco de historia. El creador de este concepto es Jamais Cascio, antropólogo, futurista y escritor estadounidense. Desencadenado por las diversas crisis a las que se enfrenta nuestro mundo -climática, pandémica, de desigualdad e inestabilidad global, por nombrar algunas- llegó a la conclusión de que conceptos existentes como VUCA no son apropiados para un mundo en rápida evolución. Se necesitaba un nuevo concepto, y este fue BANI. 

Para Cascio, el término VUCA se había quedado obsoleto y no cumplía su misión; cuando nos dicen que un sistema es volátil o ambiguo, no estamos aprendiendo nada nuevo. Y la pandemia (situación durante la cual nació este acrónimo) fue un claro ejemplo. Un cambio de paradigma requiere un cambio de lenguaje y BANI engloba la inestabilidad y las situaciones caóticas, sorprendentes y desorientadoras como la pandemia. “Ambiguo” se queda corto como descriptor de cómo experimentamos el mundo; una explicación mejor es que nuestras experiencias son incomprensibles y generan ansiedad. 

Es entonces esencial conceptualizar las incertidumbres y complejidades con conceptos como VUCA y BANI. Con esta nueva comprensión de los principales retos mundiales, podemos prepararnos mejor para lo que nos espera. El concepto BANI explica mejor lo que está ocurriendo a nuestro alrededor y debe ser un punto de partida para elaborar soluciones proactivas y planes de acción para este nuevo mundo abrumador en los planos personal, profesional y laboral. “Si todo cambia y usted no cambia, pronto será cambiado” es una frase de Jack Welch que sirve de resumen de la invitación que nos hace BANI. Claro está, cambiar y mejorar son dos acciones muy diferentes. Hablamos de cambios para la mejora. Hablamos de evolución. 

Siempre ha habido incertidumbre, malentendidos sobre los cambios y su magnitud, e ignorancia y ansiedad sobre sus consecuencias. E igualmente, siempre ha existido resistencia a los mismos. Las ideologías, las religiones y, a menor escala, los métodos y procesos, nos aportan soluciones en forma de referencias estables que generan certezas y estabilidad a las que aferrarnos. No creemos que la percepción de nuestra vida sea menos incierta y estresante que la de cualquiera en el pasado: seguramente todos ellos percibieron volatilidad, ansiedad o caos en su mundo. 

Otro elemento para considerar es que los problemas reales del pasado y del presente sean comparables: desde el acceso a los recursos básicos hasta las expectativas de futuro; la situación actual se podría resumir en dos elementos fundamentales: variabilidad y aceleración. Los problemas actuales en los planos social y organizacional son extremadamente más complejos e inusuales que en el pasado y la velocidad con los que suceden, definitivamente, mayor. La capacidad de reacción se ve superada por la rapidez en la acción (por aquello de acción/reacción). Lo anterior hace inclusive, que la posibilidad de previsión (actuar de manera proactiva) se vea minimizada por el escaso margen de planificación. 

Aunque nuestro mundo es mucho más global y heterogéneo que nunca, con una significativa diversidad de creencias, conocimientos, culturas, géneros, generaciones y tendencias; la experiencia personal de cada persona es también infinitamente más variada que en el pasado. Lo anterior plantea retos de liderazgo personal y organizacional que NUNCA se habían enfrentado a la misma vez. 

A mayor problemática, mayor necesidad de liderazgo. 

En tiempos de incertidumbre, miedos, estrés, amenazas serias y situaciones de supervivencia; siempre hemos buscado la figura del líder que nos guíe, aconseje, enseñe, motive y, lo más importante, nos inspire a seguir adelante. Esa es la invitación del mundo BANI, a un enfoque consciente y continuo en el desarrollo de nuestro propio liderazgo para generar mayor liderazgo en nuestros entornos. Es la masificación de líderes. Al líder de líderes. 

BANI es una invitación. Depende de nosotros en aceptarla o no (en cuyo caso puede ser que cuando cambiemos de opinión, sea demasiado tarde como consecuencia de la brecha que cada día es mayor). Si está interesado en mejorar su actitud y competencias, de manera que pueda enfocar tiempo y energía de una manera ágil, precisa y efectiva en evolucionar como líder desarrollando, complementando o reforzando actitudes y competencias claves (resolución de problemas, toma de decisiones, inteligencia emocional y cultural, gestión del cambio, negociación, etc.); recuerde que, entre el dicho y el hecho, hay un buen trecho. 

Se trata de aprender y desaprender al mismo tiempo.  Se trata de cambiar para mejorar. Se trata de evolucionar como personas, como profesionales y como líderes organizacionales. 

¡Aceptemos pues la invitación del mundo BANI! 

Por Miguel Ángel Abarca – Consultor senior en temas de liderazgo y cambio organizacional, CONTUR Consulting México © 2023