Celebramos 7 años de CONTUR en México y me lleva a la reflexión de todo lo que hemos logrado en estos primeros años.

El mundo del aprendizaje en el que nos movemos, ha evolucionado exponencialmente, ¿recuerdas lo que ocurrió en marzo 2020? Hasta aquel entonces, pocas empresas le apostaban a la capacitación virtual, preferían por mucho el modelo presencial, había mayor certeza de que la persona al asistir presencialmente habría aprendido algo (cosa que no es del todo cierta).

Adaptarnos al entorno, de una manera rápida y efectiva, ha sido también un proceso de aprendizaje y crecimiento para nosotros, y lo seguirá siendo, pues entendemos que el mundo BANI*  en el que vivimos no se detiene.

Aunque seguramente lo sabes, quiero recordar que para que el aprendizaje sea efectivo, se requiere mucho más que simplemente enviar a alguien a tomar un curso. Nadie sale de un curso de liderazgo siendo mejor líder, tan solo por haber tomado 12, 20 o hasta 64 horas de capacitación.

*(frágil, ansioso, no lineal e incomprensible)

El modelo 70-20-10 creado en los años 80’s, nos explica que las personas obtienen 70% de sus conocimientos a través de las experiencias relacionadas con el trabajo, 20% por la interacción con otros y únicamente el 10% por procesos de educación formales, llámese cursos, maestrías, talleres, etc.

Este modelo ha ayudado a implementar diferentes mecanismos para hacer el proceso de aprendizaje más integral en las organizaciones. Sin embargo, con el boom tecnológico, la aparición de la Inteligencia Artificial (IA), los nuevos modelos de trabajo y la diversidad multigeneracional y cultural, nos enfrentamos a nuevos retos que impactan la forma en la que aprendemos.

A través de diferentes investigaciones, Training Industry ha desarrollado un nuevo concepto llamado OSF (on-the-job, social, formal). De acuerdo a este concepto, no existe una fórmula única, muy por el contrario la proporción de cada una de las fuentes de aprendizaje son variables, dependiendo de la industria, la organización y los aprendices.

Independientemente del modelo o concepto que se utilice, es innegable que las 3 fuentes de aprendizaje son necesarias en el proceso de aprendizaje, no podemos dejar a una sin la otra.

Según investigaciones de la ATD (Association for Talent Development)  en promedio las organizaciones invierten $1,300 dólares por persona en formación profesional.

Frecuentemente escuchamos en nuestra labor como consultores que los presupuestos para capacitación han sido reducidos o completamente cortados por una “estrategia” financiera de la organización. Algo que es “natural” para las organizaciones tiene impactos importantes en el desempeño y desarrollo de su talento.

Invertir en la formación y aprendizaje de las personas, va más allá de un tema económico.

Cuando se habla de capacitar, generalmente se asocia a que la persona adquiera o mejore habilidades para hacer su trabajo de una manera efectiva y esto no necesariamente requiere una inversión económica.

Dado que el aprendizaje no se da de la noche a la mañana, es un proceso que requiere de un contexto que lo apoye. Dicho contexto lo llamamos cultura. Más allá de los responsables de RH, capacitación o L&D, cada líder de la organización es clave en el desarrollo de una cultura de aprendizaje continuo.

Si eres líder y quieres dar los primeros pasos para generar una cultura de aprendizaje continuo, te comparto algunas ideas para iniciar:

• Promueve espacios de diálogo para exponer aquello que ha salido mal, sin señalar culpables ni juzgar. Cuestiona: ¿Qué habrían hecho diferente? ¿Qué les hizo falta? Y establezcan acuerdos para que sepan cómo actuar en situaciones similares en el futuro.
• Da tiempo a los miembros de tu equipo para que se formen en temas de su interés. Si no hay presupuesto, opta por los beneficios de plataformas como coursea.org que te permite tomar ciertos cursos gratis.
• Intercambien experiencias, aprendan unos de otros, sin importar roles, funciones o antigüedad, todos tienen algo que pueden aportar a los demás. Puedes crear una lista de temas que sean del interés de todos o mejor aún, permite que el equipo sugiera los temas y que ellos mismos los impartan.